viernes, 15 de julio de 2016

Criticas de cine por Anthony Vulcano. La hija de Frankenstein 1958

Por Anthony Vulcano.



Cuando me planteé hacer un ciclo de Frankenstein pensé solo en las de la Universal. Luego pensé que qué más me daba revisar también las maravillas de la Hammer. Y después pensé en ver alguna rareza además de lo anterior. Bien, pues ésta es de las que me debería haber evitado, sin duda. 
    A ver, un anciano científico trabaja en un suero capaz de regenerar las células y acabar con las enfermedades. Tiene un misterioso ayudante que (no os voy a ahorrar nada, sé que no la vais a ver, y ése sería mi consejo, que la evitárais), decía, resulta ser ¡el nieto! de Frankenstein. Éste ha descubierto que regenera las células interiores pero no las que están expuestas a la luz, y eso lo ha comprobado con la bella sobrina del anciano que vive con su tío. Cuando le rota, le inyecta la fórmula a la pobre, y se vuelve monstruosa… (Lo curioso es que al día siguiente vuelve a su estado normal…) Oye, que el nieto este no solo está poseído por el ansia viva de crear vida, sino que es abyecto, cínico, cruel, malvado, malísimo… vamos, un felón. 
    Pero no, no es ésta “la hija de Frankenstein”. El nieto de Frankenstein tiene un compartimento secreto en la casa del anciano científico (vaya Vd. a saber cómo si lleva allí unos meses) y allí, como no, ayudado por el Igor de turno, en este caso, el jardinero, está creando un ser humano…  Le falta la cabeza al corpachón, pero, hete aquí que habiendo ligado con una chica “fácil” (la peli, además, es muy machista), la liquida con el coche y le endiña la cabeza (pero qué cabeza…) a su criatura… En fin, para qué seguir… Yo, cuando me pongo una frikada de este tonelaje, intento verla solo, pero se acercó la chiquilla y se puso a verla. Estaba desconcertada, pero cuando salió “el monstruo”, las carcajadas de mi hija se oyeron hasta en Honolulú…





    En resumen, lo que empieza con un aspecto a lo “Twilight zone”, supongo que por el formato de pantalla y el blanco y negro, pues ahí se acaban las comparaciones, degenera en un producto directamente carne de autocine. Lenta, aburrida, guión patético, comportamientos ridículos, actuaciones horrorosas, encima, un “interludio” musical con dos o tres canciones con orquesta y baile, sin venir a cuento, y el “monstruo”, ¡ay, el monstruo!... Con un traje de plástico inenarrable, unos zapatos que le harían babear a Gene Simmons, y unos andares con los brazos pegaos al cuerpo y las manos palante… Oye, y que pega asín, tres golpecillos con el dorso de la mano a un tío y lo mata…
     En fin, película a olvidar y me consuela que pronto volveré a la Hammer, aunque aún me queda otra frikada por delante…